Completamente remodelada en 2015, la isla de Saint-Maurice se ha convertido en un lugar de descanso y ocio ideal para practicar deporte o relajarse en familia. El lugar es un paraje verde en medio de la ciudad, con praderas floridas, senderos accesibles para carritos de bebé, una pista de atletismo, una amplia zona de césped para jugar a la pelota y un parque infantil. Numerosas especies animales y vegetales viven aquí al abrigo de la hierba. Los paneles de interpretación repartidos por toda la isla permiten descubrir de forma lúdica la flora y la fauna presentes. En las orillas se han instalado equipos deportivos y mobiliario para hacer picnic o tumbarse al sol y contemplar el paso de los cisnes y los barcos por el río Oise.
Apertura
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